miércoles, 10 de octubre de 2018


COLEGIO GRAU

La historia es la memoria y el recuerdo,
ambas nos dan la identidad que necesitamos
y el orgullo que presumimos,
como ex alumnos del “Colegio Miguel Grau”.

Hace 129 años, un 27 de junio aulas abriste, colegio Grau.
En Miscabamba, una casa antigua te albergó. Eran tus inicios.
Iniciativa fuiste de nuestro héroe José Antonio Ocampo, el pro hombre,
Que, en la guerra con Chile, cambiara: hacienda por ejército. 

Por más de 40 años, religiosos mercedarios, nos dieron los grandes pasos del saber,
Entre tus aulas de angostos corredores  artes y ciencias con tesón eran impartidas
conocimientos que en miles de vidas vivieron sus alumnos.


Si el primer alumno viviera, fuera un exquisito, ser sesquicentenario, un abuelo de 150 añales, que cosas nos contaría: que la vida ¿es una ilusión, un bien pequeño, que apenas gozamos? Un esfuerzo una lucha, una siembra de linaje, obras o hijos ¿inútiles devaneos?
ustedes  en este dos mil dieciocho, tienen al respuesta

Nuestra tierra, edén de las “bellas abanquinas”, del Ampay, Macchu Apu, protector. Del romántico Mariño, de la erguida y punzante Intimpa:  paraíso fuiste Grau; colegio de miles de agradecidas almas por las artes y ciencias recibidas.

Sin embargo, no solo el saber y la lectura los espíritus abrieron, pues:
Cuantas gestas, contra la injusticia se forjaron en tus aulas Colegio Grau:
Apoyando a los colonos de Patibamba, removiendo directores o abusos de autoridades,
aún en contra de los clérigos que sólo rezar pedían, para los problemas resolver.

Cómo olvidar a nuestros profesores, directores auxiliares, pre militares y músicos, y artistas alborotados. El rey de la pelota, el príncipe del trompo, El gallo del farfancho, el tirador del Mauser el afanoso del nado, el púber jinete a caballo, el actor, el cuenta cuentos y el poeta.

Escucho aún el matemático celo del profe: Resuelve teoremas y no escribas poemas:
Y la ingeniosa respuesta de Pelton el vate; Música; bendita seas tú, que reinas en las entrañas del oboe y el bongó que te sientas en el equilátero y el cubo.

Siempre hubo, en cada salón, el líder, El mandón, el chancón y el sabiondo.
Aprendimos a vivir, quizá tanto más que geometría o química, a competir,
más que a conformarse, a luchar por ser mejores Grauinos, mejores estudiantes grandes personas.  

Tienes un año más de existencia, colegio añejo; centenario y viril, per viviente de mil crisis ganador incuestionable, bajo la égida, la sombra tutelar del héroe de Angamos,
nos llevaste tu enseña al triunfo en el saber,

No hay institución superior educativa, que en el Perú no haya visto
brillar a un grauino:  a un recio cholo de Apurímac de sus tierras altas
o un citadino urbano de palmeras o intimpas, o del hacendado el hijo.
 
Colegio Grau, vives muy dentro del alma te llevamos en la conciencia, bajo el baluarte
de las artes y las ciencias.

L. Echegaray

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